Uso de antibióticos en la crianza intensiva de animales y su impacto en la resistencia bacteriana a los antibióticos
El uso excesivo de los antibióticos en seres humanos, sumado al uso de antibióticos en la producción agrícola debido principalmente a la cría intensiva de animales de consumo, contribuye sustancialmente al problema de resistencia bacteriana a los antibióticos en la salud humana, una de las amenazas de salud pública más apremiantes del mundo según la Organización Mundial de la Salud y otros organismos internacionales de salud.
La amplia mayoría del uso de antibióticos en animales no es intermitente, ni para tratar infecciones; los animales son alimentados regularmente con antibióticos para acelerar su crecimiento, y para compensar las condiciones inadecuadas de crianza y de hacinamiento, generadas por los sistemas de producción masiva como los corrales de engorde.
Muchos de los antibióticos utilizados en animales destinados al consumo, son idénticos o están estrechamente relacionados con los utilizados en el ser humano. El uso de los antibióticos en la producción animal puede llevar a la selección y propagación entre ellos de bacterias resistentes a los antibióticos, que después pueden transmitirse al ser humano a través de los alimentos y de otras vías indirectas, a partir de la diseminación y propagación de estas bacterias resistentes en el ambiente.
Adicionalmente, al incluir antibióticos dentro de la alimentación de los ani-males, el mayor porcentaje son excretados a través de la orina y de las heces, lo cual contamina tos suelos, y permite también que los antibióticos alcancen los cursos del agua. Existe evidencia de la presencia de antibióticos que llegan al ambiente a través de las heces de vacas, cerdos y aves de corral criados de manera intensiva.
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