¿Cómo diferenciar los 9 tipos de hambre?
¿Como reconocer los diferentes tipos de hambre?
Antes de saber qué comer, cuánto, a qué hora del día, si quieres adelgazar o al menos no engordar, es fundamental aprender a escuchar e interpretar tu hambre. se han destacado 9 tipos de hambre, de los cuales solo los dos últimos implican hambre real:
- El hambre de los ojos: la vista puede engañar y los profesionales de la publicidad y la restauración lo han entendido bien. Por eso, a veces, aunque te levantes de la mesa y te hagas una buena comida, con solo ver Top Chef vuelven las ganas de comer... O, cuando estás en el restaurante, ya has comido lo suficiente, te a veces sucumbir a un postre bellamente presentado, porque evoca un verdadero placer en la boca. Por ello, conviene en todo momento centrarse en tus sensaciones corporales para saber si realmente tienes hambre.
- El hambre del oído: por la mañana, incluso cuando nos acabamos de despertar y pensamos que no teníamos hambre enseguida, basta con oír el sonido de los bocadillos saltando en la tostadora para abrirnos el apetito. Al igual que el sonido de comer palomitas de maíz o abrir una lata de refresco en el cine. Para saciar esta hambre de oír, escucha un poco de música con los ojos cerrados y cuando los abras de nuevo, ¡no tendrás hambre!
- El hambre de la nariz: ¿quién no ha tenido nunca la impresión de que el estómago se le despierta con el simple olor de una barbacoa a media tarde en casa de los vecinos? Del mismo modo, ¿cuántas veces ha pasado por la esquina de la panadería del metro y se ha reído a carcajadas "por" el olor relajante del pain au chocolat (o chocolatine) que sale del horno? Numerosos estudios también han demostrado que cuando los aromas tentadores de un alimento se difunden, las personas comen más alimentos que están cerca de él.
- Hambriento de tacto: para las personas sensibles al tacto, sentir el calor o la textura de los alimentos puede provocar hambre. Estas son las mismas personas que disfrutan comiendo más con los dedos que con el tenedor, las plantas de los pies o las manos, por ejemplo.
- El hambre de boca: nuestras preferencias alimentarias se construyen con el tiempo, según nuestra educación o las tendencias que marca la sociedad. Por eso no es raro querer comer un alimento cuyo sabor conoces, en lugar de otro alimento, a veces más saludable, al que estás menos acostumbrado. Sin embargo, si siente el deseo de consumir un alimento específico, y si esto no es lo que está consumiendo, ¡comerá más de este producto insatisfactorio, en busca de un placer que no llega! Por eso, cuando hay hambre, es importante no frustrarse y comer platos que nos hagan felices. ¡Porque es, de hecho, la frustración de comer algo que no nos gusta, lo que corre el riesgo de hacernos comer en exceso!
- Hambre de la mente: suele ser el hambre que te despierta cuando miras tu reloj y te dices a ti mismo "¡Es hora de comer!" ". O el hambre que nos empuja a elegir un determinado alimento porque es mejor para nuestra salud. Esta hambre no se preocupa por las necesidades reales del cuerpo, es solo un reflejo de nuestros pensamientos y creencias.
- Hambre del corazón: ¿has escuchado alguna vez la expresión “comerse las emociones”? Ahora, es esa hambre del corazón. Es el anhelo de comida reconfortante para llenar un vacío emocional, un desbordamiento de emociones negativas: tristeza, ansiedad, ira, impaciencia... En realidad, no tienes hambre, es solo un hambre compensatoria. Para satisfacerla, no dudes en ocupar tu mente con actividades que te hagan bien: telefonear a tu mejor amigo, sacar a pasear a tu mascota, jugar con un niño, hacerle un regalo que tanto anhelas, ir mima tus rosales... ¡Ya verás, después de eso, no tendrás más antojos de alimentos grasos y azucarados!
- Hambre de estómago: hambre real, se manifiesta por una desagradable sensación de vacío en el estómago, con gorgoteos y opresión. Pero ojo, en ocasiones se puede confundir con sensaciones de estrés y ansiedad en el estómago. Para notar la diferencia, debe reconocer cuándo el estómago está vacío o lleno. Si no está vacío, todavía no tiene mucha hambre, relájese con un poco de relajación o salga a caminar por su jardín.
- Hambre celular: Es el hambre que se manifiesta cuando a las células de nuestro cuerpo les faltan ciertos nutrientes, cuando les hace falta. Para la satisfacción hay que escuchar a tu cuerpo y reconocer sus mensajes: envía comida cuando estás anémico, envía cítricos cuando te falta vitamina C, envía chocolate cuando te falta magnesio.
Pautas para diferenciar el hambre de la ansiedad
Para diferenciar estas emociones y no recurrir a la comida, es importante saber diferenciarlas de la sensación de verdadera hambre. Para ello, ofrece tres pautas de diferenciación:
- Lugar donde se manifiesta: el hambre física se manifiesta en el estómago, mediante ruidos o sensación de vacío, así como en el cuerpo, con una sensación de baja energía. El hambre emocional no se manifiesta en el estómago, que permanece tranquilo.
- Los tipos de alimento: cuando se da la sensación de verdadera hambre, se requieren alimentos de todo tipo, tales como fruta, carne o verduras. Por el contrario, cuando el hambre es emocional, normalmente, solo suele calmarse con alimentos de alto contenido en azúcares, grasas o sal.
- El tiempo: para diferenciar el hambre física del hambre emocional también basta con fijarse en el tiempo que ha transcurrido desde la última comida.
Referenias
https://pouvoircannelle.com/manger-en-pleine-conscience-les-9-types-de-faims/
https://www.croq-kilos.com/actus/comment-reconnaitre-vos-sensations-de-faim
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