Comer rápido es peligroso y malo para la salud
Engullir la comida rápidamente hace tiempo que se considera como un hábito poco saludable, pero todavía no sabíamos por qué. La ciencia nos lo explica.
estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Hiroshima, en Japón, siguió a 642 hombres y 441 mujeres durante cinco años, identificándolos como lentos, normales o comedores rápidos. Encontraron que los comedores rápidos tenían un 11,6 por ciento más de riesgo de desarrollar síndrome metabólico, definido por tener tres factores de riesgo de obesidad (alrededor de la cintura), presión arterial alta, niveles altos de grasas malas (triglicéridos) y niveles altos de azúcar en la sangre tras un período de ayuno.
El vínculo entre comer rápido y menor salud se conoce desde hace tiempo. Cuando comes rápido, el cuerpo no tiene oportunidad de indicarle al cerebro que se está llenando. Los receptores en el estómago que responden a los alimentos y las hormonas que le indican al cerebro que digirieron parcialmente los alimentos pueden tardar de 15 a 20 minutos en activarse.
Cuando una persona adulta no puede respirar porque un objeto obstruye la garganta, generalmente se lleva las manos al cuello y tanto la cara como el cuello se le enrojecen. Los pasos para realizar la maniobra de Heimlich son:
- Abrazar a la persona por la espalda y por debajo de los brazos.
- Colocar una de las manos en forma de puño cerrado. Ubicarla cuatro dedos por encima de su ombligo y en la línea media del estómago
- La otra mano se coloca sobre el puño.
- Reclinar el cuerpo un poco hacia adelante.
- Realizar una presión abdominal muy fuerte, centrada y hacia atrás y arriba. El objetivo es presionar el abdomen y el diafragma para provocar una tos artificial.
- Se debe continuar con este procedimiento hasta conseguir que el objeto sea expulsado.
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