El alcohol es tóxico para el cerebro

Tras décadas de investigación confusa y, a veces, contradictoria, la evidencia reciente deja claro que beber un poco puede tener consecuencias negativas en el organismo.
El alcohol interfiere con las vías de comunicación del cerebro y puede afectar la apariencia y el funcionamiento del cerebro. 
El alcohol dificulta que las áreas del cerebro que controlan el equilibrio, la memoria, el habla y el juicio hagan su trabajo, lo que genera una mayor probabilidad de sufrir lesiones y otros resultados negativos.

El principal modo en que el alcohol causa problemas de salud es dañando el ADN. Cuando bebes alcohol, tu cuerpo lo metaboliza en acetaldehído, un químico tóxico para las células. El acetaldehído “daña tu ADN y evita que tu cuerpo repare el daño”, explicó Esser. “Una vez que tu ADN está dañado, una célula puede crecer sin control y crear un tumor canceroso”.
Es falso que un vasito de vino es bueno para el corazón. Investigaciones más recientes han descubierto que incluso los niveles bajos de consumo de alcohol aumentan ligeramente el riesgo de hipertensión arterial y cardiopatías, y que el riesgo aumenta drásticamente para las personas que beben en exceso. La buena noticia es que cuando se deja de beber o se reduce el consumo, la presión arterial disminuye. El alcohol también está relacionado con un ritmo cardiaco anormal, conocido como fibrilación auricular, que aumenta el riesgo de coágulos sanguíneos e ictus.


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