La formación médica en los países occidentales ha logrado avances impresionantes en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades. Se trata, sobre todo, de aprender a vivir bien . No hay duda de que contar con profesionales capacitados para identificar una patología, entender su fisiopatología y aplicar tratamientos eficaces ha salvado millones de vidas. Sin embargo, esta misma formación adolece de una gran carencia: el conocimiento profundo y práctico sobre cómo promover y preservar la salud. Las universidades, facultades de medicina e instituciones de formación sanitaria, en su mayoría, preparan a sus estudiantes para enfrentar la enfermedad, no para fomentar el bienestar. Así, producimos profesionales de la enfermedad , expertos en detectar lo que está mal, pero no necesariamente en cultivar lo que está bien. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como "un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecc...
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